Los antiguos maestros de canto italianos decían: “quien bien sabe respirar bien sabe cantar”, y no estaban desacertados con la frase, porque sin el perfecto dominio de la respiración no puede existir una adecuada emisión del sonido y, por lo tanto, un buen canto.
Entre los posibles tipos de respiración, el más indicado para la práctica del canto es el que, de acuerdo a las leyes fisiológicas, podríamos llamar respiración natural.
Esta mecánica respiratoria, aunque es muy parecida a la diafragmático-costal, resulta mas completa, porque en ella también intervienen, de manera indirecta, el abdomen y la parte superior que quedará exenta de tensiones. En el inicio de los estudios, para vencer la posible tendencia del principiante a realizar una respiración alta de tipo toráfico – clavicular o corregir los defectos técnicos de una respiración exclusivamente abdominal, empleando solo el estomago en la inspiración, debe aprender el manejo técnico de la respiración diafragmático-costal. Este dominio es fundamental para la adecuada toma del aire. En cambio, durante la emisión del sonido el alumno debe encontrar la adecuada conexión abdominal. Una vez dominada esta técnica se debe automatizar, hasta poder desarrollar una respiración totalmente natural. Solo de esta manera se podrá realizar un canto perfecto en cualquier posición corporal, logrando el máximo desarrollo respiratorio que, por otra parte, brindara una extraordinaria fuente de salud. |
Con este tipo de respiración, de manera automática, se realizará una la toma del aire perfecta, según las exigencias del pasaje que se interprete, no haciendo demasiado acopio de aire, como es tan habitual, ni quedándose corto. Así afirmaba el insigne tenor Lauri Volpi y la mayoría de las grandes estrellas del pasado, defensoras de la respiración natural.
En este tipo de respiración intervienen de manera más directa el diafragma y los músculos intercostales. El primero descendiendo para ponerse plano durante la inspiración, y los segundos, es decir las costillas flotantes, abriéndose para que el pulmón adquiera su máxima capacidad sin ningún tipo de esfuerzo, llenando desde su parte inferior que es la más amplia y difícil de dominar. En cambio, durante la emisión del sonido estos músculos realizan la función contraria de manera firme y gradual, controlando el sonido mediante el adecuado apoyo abdominal.
Para lograr esta función es fundamental que, mediante la perfecta emisión del sonido este conecte automáticamente con el soporte del abdomen. Solo de esta manera este musculo, que es el mas importante durante la emisión del sonido, brindará a la voz el soporte adecuado a las exigencias de la cada frase, evitando tensiones en la parte superior del tórax que se mantiene firme pero flexible, colaborando de forma totalmente indirecta con la mecánica respiratoria del canto. De esta manera el cuello y la laringe tampoco sufren ninguna tensión perjudicial que impidan al sonido fluir libremente, impulsado por la fuerte presión subglótica que le brinda el perfecto funcionamiento de estos músculos, adquiriendo el volumen y la altura necesarios.
Con esta técnica de conexión durante la emisión del sonido, en la pausa respiratoria la toma del aire se realizará de una forma automática en gran parte de la interpretación, logrando una respiración perfecta en la que mediante el mínimo gasto de aire se lograrán los máximos resultados sonoros.
Este tipo de respiración es el más completo porque se sustenta en el natural funcionamiento fisiológico de todos los músculos respiratorios. No como los tipos de respiración alta, generadores de tensiones en el cuello y parte superior del tórax que tan negativamente puede afectar a la voz. Los métodos respiratorios inferiores de tipo exclusivamente abdominal en la inspiración del aire, además de incompletos, privan al diafragma de la flexibilidad necesaria para canalizar la presión aérea. Con ello, la voz pierde el apoyo natural del abdomen, que le brinda el soporte del aire y termina navegando como un barco a la deriva que, al no encontrar el sostén del mar en calma, se hunde irremisiblemente.
Todos los bebés, salvo cualquier patología, realizan una respiración natural, poniendo en marcha esta mecánica respiratoria de manera instintiva. Por esa razón pueden gritar durante horas sin sufrir ningún tipo de daño y su voz se puede oír con total nitidez a muchos metros de distancia.
Por una serie de causas, a partir de la pubertad, en la mayoría de casos se va perdiendo este don, con lo cual esta mecánica se va remplazando por otras que disminuyen la capacidad vital de la persona.
Mis enseñanzas están encaminadas a encontrar esta importantísima función natural, para una vez dominada conscientemente, poder desarrollarla al máximo, mediante la técnica precisa.
De esta manera se puede conseguir que el alumno logre dominar algo tan difícil de una manera sencilla, lo que le permitirá cantar fácilmente durante muchos años, logrando la máxima calidad, porque encuentra el soporte adecuado para impulsar su voz sin ningún tipo de traba.